Macarra de ceñido pantalón...

En estos días que las noticias corren como mecha de pólvora a los que estamos al pie de la noticia casi no da tiempo a contar una, porque al minuto siguiente hay otra más importante. Recuerdo cuando fui director de Onda Cero: teníamos que sacar los micros a la calle a preguntar por el tiempo, por las vacaciones… en verano estábamos secos de noticias. Ahora no quedan espacios libres para contar todo lo que está pasando en España y el mundo. No hay lugar para el relleno. Hablando de temas de criminalidad hemos batido record en drogas, navajazos, robos, tirones y un largo destino de delitos. Antes los delincuentes eran nuestros delincuentes. Evidentemente nunca estuve al lado del delincuente ni otrora ni ahora, pero es por hacer la comparativa: conocidos por la policía y casi también por la población. Siempre eran los mismos. Ahora no, ahora en cualquier esquina te puedes encontrar con el delincuente nuevo. Son miles los que entran en España a delinquir y luego regresan o no a sus países de origen. ¿Esto es progresismo? Ya lo cantaba no sé bien si Pulgarcito o Sabina. Aunque lo cantaron los dos parece ser que la letra era de Pulgarcito. En esto no hay acuerdo. “Macarra de ceñido pantalón, pandillero tatuado y suburbial hijo de la derrota del alcohol, sobrino del dolor, primo hermano de la necesidad. Tuviste por escuela una prisión, por maestra una mesa de billar, las niñas del barrio sueñan con robarle el corazón si el sábado las llevas a cenar”. Sigue, claro está. Pues eso, éstos eran nuestros delincuentes y no los de ahora que por un paquete de cigarrillos te “limpian”. Hago este artículo ya que es atemporal, porque como dije antes las noticias de corrupción y organizaciones criminales se suceden minuto a minuto. Lo que está claro es que este gobierno está acabado y sus políticas claramente no han funcionado. Han hecho más pobres de los que había cuando llegaron al gobierno. Y ahora ellos son más ricos que cuando llegaron al gobierno. Eusebio Navarro